LETRA
ANTROPOCENO
Las relaciones actuales, muchas veces distópicas, entre la naturaleza y la cultura se han enhebrado a través de diálogos en tensión. Nos es imposible pensar el medio ambiente sin una referencia explícita sobre cuáles han sido los imaginarios que han ido moldeando y erigiendo una imagen de la naturaleza. Esta construcción cultural ha sido alimentada por diversos dispositivos y momentos históricos, que a lo largo del tiempo, han ido haciendo cada vez más difusos los límites entre lo natural y lo artificial. Pensar la naturaleza nos exige una reflexión profunda sobre la cultura: sobre nuestras tecnologías, nuestros haceres en las artes y las ciencias y principalmente sobre nuestras maneras de construir y habitar este mundo.

Los procesos antropogénicos han generado efectos revolucionarios y evolucionarios a escala planetaria. Aunque los humanos somos un momento muy reciente de la historia terrestre nuestros hábitos de consumo y de convivencia han alterado los patrones de comportamiento de los océanos, la atmósfera, la superficie de la geosfera, la criosfera, la biosfera y el clima que caracterizaron a la Tierra durante la mayor parte de los últimos 11000 años. El mundo se encuentra en un terreno complicado acompañado de comprometedoras relaciones de poder y de dominación, susceptible a constantes violencias sistémicas y epistémicas.

No obstante, el antropoceno, no es solo la era de lo humano, sino también la era de vuelta a la materia, al reconocimiento, la cooperación y la co-creación con otras agencias e inteligencias intra y multiespecíficas terrestres. El clímax temporal geológico que vivimos nos exige una recodificación del mundo. Un momento en el que se vuelve urgente revalorar los objetos, las maquinarias y sistemas que definen nuestras culturas. Nos enfrentamos a la necesidad de desdibujar los imaginarios y relaciones que tenemos con la Tierra: nuestro imaginario planetario. Una planetología que intente sentar bases para un cosmopolitismo alternativo, donde el cuidado y la supervivencia de la vida humana y no humana represente una Tierra tomada como un proceso impersonal (geoquímico, geológico y geofísico) y no como un objeto o una escala.

¿Cómo podemos entonces reescribir el imaginario de la naturaleza, uno que interpele el mundo afectivo y material que nos une? ¿Uno que pueda ser suficientemente radical para hacer un cambio profundo en los dualismos entre el sujeto-objeto y la sociedad-naturaleza implantados en las raíces del modernismo occidental y las políticas extraccionistas neoliberales-transgénicas globales? ¿Es posible que el arte pueda articular espacios que ayuden a reafirmarnos como una unidad terrestre?

En este sentido es importante reconocer el lugar privilegiado, pero también poderoso del arte como una herramienta activa de cambio. Una lugar de donde nutrir nuestra mirada crítica sobre el mundo permitiéndonos repensar la realidad en la que vivimos, incluirnos en el problema y dejar de mantenernos separados de lo natural para responsabilizamos de estos nuevos territorios complejos. El arte entonces, puede ser un espacio rico de debate para negociar la alteridad, lo otrx, lo que es distinto a nosotrxs, pero que también nos construye y constituye.

Es en esta búsqueda que te invitamos a sumergirte en el BIOJUEGO en donde desde el arte en diálogo con la ciencia y la tecnología te invitamos a jugar en búsqueda de nuevas formas de agencias composteando ideas, materias y relatos desde lo humano, lo no humano y lo terrestre.
ARTE
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TERRITORIO
Entre extensas placas tectónicas con horizontes entre los cielos y el tiempo, el territorio se expresa entre el espacio y un lugar. Es aquel habitar y sinergia de los cuerpos, la experiencia encarnada sin una forma y borde único, material e intangible, localizable y abstracto, colectiva e individual. El territorio envuelve siempre, pero excede a la vez a los organismos, al medio y a sus relaciones. Es un acto de movimientos concomitantes de agencia material. ¿Cómo sobreescribir aquellas contradicciones de nuestro estar-aquí no solo en términos geológicos, sino también de aquel espacio que nos habita, frente a los conflictos que lo hieren y enmarañan?
Proviene del latin tekné, “habilidad, destreza y logos”. Este término remite al conjunto de métodos y procedimientos que nos permiten resolver problemas concretos y mejorar nuestra calidad de vida. Siendo una aplicación práctica de los conocimientos científicos devienen en habilidades, artefactos o dispositivos. Sin embargo, la tecnología también es una herramienta de pensamiento y acción sobre el mundo, uno actualmente tecnocratizado y hegemonizado. ¿Cómo podemos crear tecnologías subalternas, desencriptadas, situadas y fronterizas que nos permitan mediar y sensibilizarnos con los urgentes conflictos ambientales-tecnológicos en nuestras sociedades actuales?
La retórica científica se dibuja en un plano de coordenadas con un juego constante de escalas. Su búsqueda aspira a lo cualitativo y lo cuantitativo del universo, su partes, energías, impulsos y leyes y constantes físicas que les gobiernan. Lo que la ciencia descubre sobre el mundo no puede separarse de su incidencia en él. La especulación recorre el universo tranquilo de la ciencia a la ontología agitada del mundo. El conocimiento es negociación y está abierto a la impugnación. Por ello, este aparato conceptual de mecanismos emergentes debe aspirar a una cosmovisión que logre hacer justicia a los poderes creativos de la materia y la energía.
¿Qué sentido tiene hablar de ella como una sola y única? ¿Cómo no pensarla desde sus multiplicidades, sus variantes y diferencias? Existen tantas como queramos, tantas como pensemos, o ninguna si nos pensamos. Imaginar un concepto o definición, genera inevitablemente un recorte y desfasaje: una aniquilación de su sentido y una anegación de su fugaz y constante movimiento. Implica separarnos y concebirla como un otro, tan lejana que apenas nos alberga y se vuelve proveedora de nuestras necesidades. Proponemos desnaturalizar la naturaleza para escencializarla. Re-construirla conceptualmente para pensar en un nosotrxs interlazadxs, entretejidxs e interconectadxs.
NATURALEZA
CIENCIA
TECNOLOGÍA
BIOPOÉTICAS
TECNOPOÉTICAS
En el entramado indisoluble de la vida y el poder emergen transformaciones profundas sobre este binomio organizador heredero de éticas de dominio, explotación y desigualdad. Es en este entrar y salir de los cuerpos que se entrama una subjetivización nueva. Una deriva de reconocimiento y reconciliación entre las artes, las ciencias y las tecnopolíticas de la vida. La biopoética abre paso a una práctica creadora y crítica sobre los elementos discursivos y no discursivos, humanos y no humanos, individuales y transindividuales sobre lo vivo. Un bios en disputa y resistencia que nutre un desborde hacia una política-afectiva de la vida y no sobre la vida.
Deshila aquello sensible, inteligente y sutil de los territorios y sus geografías oscilantes entre el régimen global-capital actual. Los poderes del geo conversan con la naturaleza, sus materialidades tectónicas y los cuerpos para trascender el paisaje más allá de una imagen-metáfora metonimica sublime. Abren sus fauces abisales hacia lo postnatural: al paisaje de residuos, de las mutaciones, de las huellas de los desplazamientos. Es un hackeo a nuestros imaginarios cartográficos de aquellos terrenos no necesariamente baldíos, sino lugares atravesados por materias desvencijadas que sobreescriben los territorios metálicos, telúricos, plásticos y vegetales.
El término surge por el interés de una denominación abarcadora que considere la confluencia entre el arte, la poesía y la tecnología. La tecnopoética se concibe como un objeto de experimentación y de sensibilización hacia otros “modos de ser y hacer”, mediante la imbricación con sistemas técnicos y/o tecnológicos como elementos poéticos y dicentes. Esta politización inherente a este tipo de narraciones en nuestro entorno tecnificado global, conlleva implícita la paradoja colonialista y funcional de las tecnologías hegemónicas en la que las prácticas artísticas aparecen como cuestionadoras para poner en crisis los paradigmas céntricos.
GEOPOÉTICAS
ECOSEMIÓTICAS
¿Cómo se comunica la naturaleza? La ecosemiótica nos permite profundizar sobre las múltiples percepciones y sistemas de signos ambientales surgidos de la íntima relación de las diversas formas de vida con el medio físico que las rodea. Su estudio nos aproxima a los profundos lenguajes de nuestro gran ecosistema y a sus muy diversas comunicaciones visuales, auditivas, táctiles, olfativas o gustativas. Sin embargo, es importante también estudiar críticamente cómo nuestras maneras de comunicarnos con otros seres vivos, comunidades y paisajes influyen en el medio natural a través de nuestras acciones humanas.
AUTOPOIÉSIS/SIMPOIÉSIS
Son un producto inevitable de esta era del Antropoceno. Nuestro paisaje terrestre actual se encuentra sumergido entre emisiones, radiaciones y mutaciones residuales altamente tecnologizadas que, al escurrir borran a su paso la vitalidad de la Tierra. La tecnosfera es una capa más de la corteza terrestre alimentada por gigantescos implantes y maquinarias tecnológicas e ideológicas que emiten como resultado radiaciones, electromagnetismo, gases o emisiones sonoras de alta toxicidad. ¿Qué acciones y caminos radicales somos capaces de emprender para hacer frente a la crisis climatológica y humanitaria en esta era de un mundo herido?
Abarca el concepto de autopoiesis pero se extiende desde el punto de vista relacional. Significa generar-con/ pensar-con/devenir-con, y alude a la configuración de mundos entre seres vivientes de manera conjunta, tejiendo tentáculos, generando vínculos y ensamblajes, para penetrarse e infectarse entre sí. El término implica generar especies compañeras para lidiar con la urgencia planetaria repensando la habitabilidad desde un territorio mundano en constante turbulencia y sin excepcionalismos humanos. A su vez, conlleva implícita la responsabilidad en las asociaciones interespecies, prestando atención a los discursos y los modos de narración.
ECOLOGÍAS OSCURAS
MEDIOAMBIENTE
BIOCENTRISMO
Los -ismos son siempre políticos y manifiestan miradas de cómo concebir el mundo. El biocentrismo es un paradigma sobre los vínculos entre el ser humano y su entorno, al igual que el antropocentrismo que pretende ser su opuesto, pero que busca una mayor horizontalidad entre especies. Tiende a priorizar la vida en general, colocando al hombre en un lugar análogo al del resto de los vivientes integrándolo ideológicamente a los mismos ecosistemas que constituye, y evitando generar jerarquías entre seres vivos. El paradigma del excepcionalismo humano queda caduco, y se resaltan otras ontologías y agencialidades desde un lugar más integrador.
La máquinaria biotecnológica global aparece en el mundo con una propia viceralidad dada a su compleja tecnificación y rápida expansión. Las implicaciones éticas, ambientales, sociales y económicas de las modificaciones realizadas en el material genético de microorganismos, plantas y animales para producir bienes y servicios han intensificado el debate frente a la percepción creciente de vulnerabilidad e inestabilidad ambiental que vivimos. El proceso social de construcción de la tecnociencia nos exige decidir qué tipo de co-existencia y cooperaciones queremos tener con nuestro entorno vital frente a los procesos de tecnificación de la naturaleza.
GEO-BIO POLÍTICA
¿Cómo hablar de todo aquello que nos rodea y constituye? En este inmensurable grupo están involucrados los elementos abióticos: las fuerzas químicas y físicas de la atmósfera, el aire, el agua y los minerales; y los bióticos: la flora, la fauna, y el diverso mundo orgánico que existe sobre la corteza terrestre. Este conjunto complejo constituye un sistema global interrelacionado y sujeto a las modificaciones constantes producidas por los ciclos naturales y acciones humanas. Desde la infinidad de intra-acciones de la materia es que emerge este territorio de conjunciones y superposiciones de todos los sistemas dinámicos en los que se desarrolla nuestro mundo.
Al diluir los binomios de naturaleza y cultura emerge un mundo de representaciones y ordenaciones ideológicas y políticas que articulan y normalizan nuestras prácticas materiales y discursivas hacía con él. La biopolítica y la geopolítica son conceptos paralelos a la idea del poder. Estrategias globales orientadas a dirigir, administrar y gestionar la vida y las geografías. Las enormes violencias sistémicas globales evidencían la inmensa vulnerabilidad en la que vivimos. Sin embargo, la resiliencia y resistencia de infinidad de colectividades luchan por reconstruir una realidad política global que abrace la cooperación y respeto por la vitalidad terrestre.
BIOTECNOLOGÍA